Queridos Cooperadores Paulinos:

Celebrar 100 años de fundación es una gran fiesta. Una fiesta para dar gracias:

A Dios, que cree en nosotros y nos llama a cooperar con él en la salvación del mundo, para hacer creíble la esperanza y la alegría del Evangelio, hoy y en cualquier lugar que nos encontremos.

Al P. Alberione, Fundador de la Familia Paulina, de la que formáis parte. Atento a las llamadas procedentes del contexto cultural y de la tierra en que vivió, respondió como hombre de Dios. Se dejó guiar y comprendió la importancia, la belleza y la urgencia de la cooperación entre las vocaciones en la Iglesia para la difusión de la Buena Noticia que es Jesucristo Maestro, Camino, Verdad y Vida.

Es una fiesta para decir HEME AQUÍ, HENOS AQUÍ.

Estamos aquí, colaboradores/colaboradoras en el espíritu del Apóstol Pablo, bajo la mirada de María Reina de los Apóstoles. Libres y felices de contribuir al Reino de Dios, reino de paz y de justicia en la sociedad, en la familia, en la escuela, en la Iglesia y en el tiempo libre, por dondequiera que estéis.

Es una fiesta para decir SOY FELIZ, porque Jesús Maestro nos ha llamado amigos: no esclavos, sino amigos, y nos dio a conocer su mensaje de amor y de vida plena, de vida eterna.

Por esto no podéis callar ni enterrar ni descuidar este don inmenso, esta perla preciosa. ¡Todos deberían gozar de esta gracia! Dejad que fluya este don de vida evangélica y, por contagio, la vida se difundirá, porque el bien se expande por sí mismo.

Felicidades de paz y de alegría en el espíritu paulino y buen camino en este año de gracia.

Vito Fracchiolla, SSP